El edificio

El Palacio Fuentes

Juan Fuentes nació en Caldas de Reyes, Galicia, en 1852. Comenzó en Rosario allá por 1872 como dependiente y cochero y llegó a formar un fuerte emporio agrícola-ganadero.

Como testimonio de reconocimiento a la ciudad a la que le debía su fortuna, hizo construir el Palacio Fuentes, un hito de la arquitectura de la ciudad.

El Palacio fue construido entre 1923 y 1927 siendo el primer edificio con estructura de hormigón armado en Rosario. Fuentes imaginó una jerarquía de valores ubicando a la familia en la cima -las viviendas-, el trabajo en el centro -las oficinas-, los negocios en la planta baja -el banco- y el ocio en el subsuelo -el Cifré-.

La confitería emplazada en el subsuelo contaba con 2 salones para fiestas, familias y banquetes; el comedor, con subdivisiones en pequeños comedores y el salón blanco. Su mobiliario, decoración y servicio hicieron del Cifré el sitio elegido por la alta sociedad rosarina para la celebración de los agasajos más importantes. Su decoración evidencia la intervención de Alfredo Guido, quien fue secundado en las pinturas murales por Lucio Fontana.

El edificio
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El arquitecto

Hijo de franceses, de padre también arquitecto, Juan Bautista Durand nació en 1888 y falleció en 1934 en Córdoba. Los años de desempeño profesional fueron pocos, pero fecundos, tanto en Buenos Aires, asociado al arquitecto Coni Molina, como en Rosario, donde trabajó solo o con Gerbino, Schwarz, Ocampo o Maisonnave. En Rosario realizó los proyectos para el edificio de la Federación Agraria (Sarmiento y Mendoza), la tribuna de socios del hipódromo Independencia (junto al Ing. Van Wyck), el Palacio Minetti (con los arquitectos Gerbino, Schwartz y Ocampo), la sede del Club Rosario de Pelota (San Luis y Alem) -del que fuera fundador- y numerosas viviendas individuales.

El reloj, la veleta y el faro

De igual procedencia que el de la Torre de los Ingleses de Buenos Aires, el reloj es de 4 cuadrantes y sus campanas reproducen las del carillón del Big Ben.
El faro y la veleta con el arado fueron un pedido expreso del propietario al arquitecto. El primero, iluminaría la ciudad y debía poder observarse desde sus propiedades rurales, simbolizadas con el arado.

La puerta principal

En fundición alemana de bronce, fue diseñada por Manuel Ocampo e inspirada en la puerta del Paraíso del Baptisterio de San Giovanni en Florencia. Representa los 4 vientos, las 4 estaciones, la ganadería, la agricultura y las razas humanas. Entre los bustos que contiene se identifican los de Juan Fuentes y Juan B. Durand.

La puerta principal
La destrucción

La destrucción

El Citibank funcionó en ese edificio desde 1927 hasta 1997. Primero en el local de la esquina, en planta baja y a partir de 1961 anexando el subsuelo.

David Rockefeller, presidente del banco, visitó las instalaciones desocupadas del Cifre y decidió su compra, recomendando su conservación. Lamentablemente, la recomendación de Rockefeller no se cumplió, y la planta baja y el subsuelo del Palacio sufrieron daños considerables y la pérdida de partes estructurales de sus techos y paredes que debieron ser recreadas a partir de moldes diseñados intentando respetar los originales.

En 2001, tras años de abandono, Guillermo Whpei, presidente de Fundación para la Democracia, decidió comprar la planta baja y el subsuelo del Palacio Fuentes con el objeto de instalar allí el primer Museo para la Democracia privado del mundo.

La puesta en valor y restauración llevó más de 10 años y continúa en proceso al día de hoy.

Rotisserie Cifré

Rotisserie Cifré

El catalán Ramón Cifré fue el propietario del conocido “Bar Victoria” o “Victoria Tea Room”, popularmente “el Cifré”, ubicado en San Martín y Córdoba hasta su traslado, en enero de 1927, en el subsuelo del Palacio Fuentes.
Publicó La Capital: “ una reunión realmente simpática fue el lunch ofrecido anoche por don Ramón Cifré al periodismo, en su nuevo y lujoso salón del Palacio Fuentes, por la inauguración del mismo”.
Se comenta que el mismo Juan Fuentes se apersonó en la Rotisserie Cifré y le dijo al dueño que un establecimiento de esa categoría debía, a partir de ese momento, funcionar en al Palacio Fuentes.
Con entrada por Sarmiento 722, el Cifré contaba con 2 salones para fiestas, familias y banquetes; el comedor, con subdivisiones en pequeños comedores y el salón blanco.
Su mobiliario, decoración y servicio hicieron del Cifré el sitio elegido por la sociedad rosarina para la celebración de los agasajos más importantes.
Contaba con servicio para 180 personas en vajilla de Limoges, cristalería de Baccarat y cubiertos de plata. Su decoración evidencia la intervención de Alfredo Guido, quien fue secundado en las pinturas murales por Lucio Fontana.

El Cifré cerró definitivamente en 1959 y su equipamiento y decoración se dispersó en la ciudad y el exterior. Con las obras de anexión del subsuelo al local del banco, se perdió toda su riqueza ornamental.