El Museo para la Democracia en el emblemático Palacio Fuentes

Galería con columnas doradas, piso en damero blanco y negro, y retratos en gran formato expuestos a lo largo del pasillo.

Un edificio parte de la historia rosarina 

En la ciudad de Rosario, en Argentina, hay una torre de 60 metros de altura, con un campanario y una puerta imponente de bronce llena de simbologías y referencias. 

Allí, como iniciativa de la Fundación para la Democracia -que funciona en su planta baja- nació en el año 2011 el Museo Internacional para la Democracia que se emplaza, además, en su subsuelo. Desde ese año oficialmente se fueron mostrando los avances de su restauración hasta que se inauguró el 24 de abril de 2019.

Una historia inmigración y crecimiento

El ideador del edificio fue Juan Fuentes, nacido en Caldas de Reyes, Galicia, en 1852. Emigró y comenzó a trabajar en la ciudad de Rosario en 1872 como dependiente y cochero y ascendió socialmente, llegando a formar un fuerte emporio agrícola-ganadero. Como testimonio de reconocimiento a la ciudad a la que le debía su fortuna, hizo construir el Palacio Fuentes.

Arquitectura funcional y lujos de la época

El Palacio fue construido entre 1923 y 1927. Fuentes imaginó una jerarquía de valores ubicando a la familia en la cima -las viviendas-, el trabajo en el centro -las oficinas-, los negocios en la planta baja -el banco- y el ocio en el subsuelo -el Cifré-.

La confitería emplazada en el subsuelo contaba con 2 salones para fiestas, familias y banquetes; el comedor, con subdivisiones en pequeños comedores y el salón blanco. Su decoración contó con la intervención de Alfredo Guido y las pinturas murales de Lucio Fontana.

Arte y arquitectura

Entre las particularidades arquitectónicas se destaca en primera instancia su puerta, realizada en fundición alemana de bronce. Representa los cuatro vientos, las cuatro estaciones, la ganadería, la agricultura y las etnias del mundo. 

Para la época se destacaba por su diseño moderno, el reloj campanario de cuatro cuadrantes ubicado en la parte alta de la torre que aún reproduce el sonido del Big Ben y sus lámparas realizadas en bronce que permitían iluminar ambas caras exteriores del edificio. 

El reloj es de la misma procedencia que el de la Torre de los Ingleses de Buenos Aires. Mientras que, el faro y la veleta con el arado fueron un pedido expreso del propietario al arquitecto. 

La mente y mirada detrás del Palacio

El arquitecto fue Juan Bautista Durand. Sus años de desempeño profesional fueron pocos, pero fecundos, tanto en Buenos Aires, asociado al arquitecto Coni Molina, como en Rosario. Entre sus proyectos destacados se incluyen el edificio de la Federación Agraria, la tribuna de socios del Hipódromo Independencia, el Palacio Minetti y la sede del Club Rosario de Pelota, además de numerosas viviendas particulares.

Historia reciente

El Citibank funcionó en ese edificio desde 1927 hasta 1997. Fue comprado por David Rockefeller, pero no se cumplieron los cuidados de su conservación. Los daños estructurales fueron graves para un edificio tan ornamental. Su suerte cambiaría recién en 2001 cuando, Guillermo Whpei, presidente de Fundación para la Democracia, decidió comprar la planta baja y el subsuelo del Palacio con el objeto de instalar allí un museo para pensar los valores democráticos. 

Esa puesta en valor y restauración llevó más de 10 años y continúa en proceso.

Para los rosarinos, el antiguo Cifré

El subsuelo del Palacio albergó al antiguo Cifré, trasladado en 1927 desde el Bar Victoria por el catalán Ramón Cifré, quien fue propietario del conocido “Bar Victoria” o “Victoria Tea Room”. Juan Fuentes determinó que un establecimiento de tal nivel debía funcionar allí. Contaba con dos salones para banquetes, subdivisiones en pequeños comedores y un salón blanco, con capacidad para 180 personas, vajilla de Limoges, cristalería Baccarat y cubiertos de plata. El Cifré cerró en 1959, y su mobiliario y decoración se dispersaron, perdiendo parte de su riqueza ornamental.

Museo Internacional para la Democracia

El espacio cuenta con piezas de gran valor histórico que ilustran y dan detalles para la comprensión de hechos que son hitos en el proceso de construcción de valores democráticos.

Es un proyecto que nació con el objetivo de generar un espacio de inclusión, que promueva los valores de libertad, justicia, democracia y respeto por los derechos humanos, pero además haga reflexionar a su audiencia, interpelándola.

El museo en tiempo presente

El espacio fue diseñado y adaptado como auditorio para nuclear el desarrollo de la temática específica que da nombre y sentido a este emprendimiento. Ofrece un ámbito donde informarse y reflexionar sobre lo que entendemos por democracia -a partir de algunos hechos de la historia universal y argentina-.

Tiene una muestra permanente en el subsuelo cuyo salón central se focaliza en la declaración de Derechos Humanos, tomando ocho artículos en ocho vitrinas, y tiene dos salas laterales que trabajan sobre explotación, migración y dictaduras. Además, en su primera planta tiene un salón de muestras temporarias que desde el 2019 exhibe distintas temáticas, sociales, históricas, culturales.

Guillermo Whpei