Las voces de las mujeres en el Museo Internacional para la Democracia

Diseñado y adaptado como un auditorio, el Museo Internacional para la Democracia es un ambiente para informarse y reflexionar sobre lo que entendemos colectivamente por democracia. A partir de una selección curatorial de la historia universal y Latinoamericana, el espacio nuclea la temática que le da su nombre y su sentido.
En su muestra permanente, ubicada en el subsuelo, hay un salón central. Sus ocho imponentes vitrinas se acompañan en distintos artículos de la declaración de Derechos Humanos. Además, tiene dos salas laterales que trabajan sobre explotación, migración y dictaduras. En tanto, en su primera planta tiene un salón de muestras temporarias que desde el 2019 exhibe distintas temáticas, sociales, históricas, culturales.
Una de esas vitrinas expone la foto de la reconocida escritora Angélica Gorodischer (Buenos Aires, 28 de julio de 1928 – Rosario, 5 de febrero de 2022)[. Fue una estacada escritora argentina y una de las voces femeninas más importantes dentro de la ciencia ficción en Iberoamérica.
Sobre Angélica
Nació en Buenos Aires el 28 de julio de 1928. En 1931 nació su hermana Ana María. En 1936 la familia regresó a Rosario.[ Rodeada de libros, de niña ya quería ser escritora. En la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional del Litoral empezó a cursar una carrera, que abandonó para dedicarse a su familia. Trabajó de bibliotecaria en una editorial médica.
En 1963 obtuvo el primer premio del Club del Orden, que le significó la publicación de su primer libro, Cuentos con Soldados (1965).
En 1964 ganó un concurso de la revista Vea y Lea con el cuento policíaco «En verano, a la siesta y con Martina». En 1988 le fue concedida una beca Fulbright, gracias a la cual participó en el International Writing Program de la Universidad de Iowa.
También organizó tres simposios sobre creación femenina en Rosario, ciudad donde residió: el primero, bajo el título «Encuentro Internacional de Escritoras» en 1998, el segundo en 2000 y el tercero en 2002. Además, desde 1967 fue miembro de jurados de diversos premios literarios en Argentina y en otros países.
Angélicas, las mujeres y el museo
«En este contexto tan desolador, hay que recordar la importancia de estar unidas”, le decía la escritora al museo en época de pandemia. Durante ese período se informó que cerca de la mitad de las mujeres en Argentina estaban o habían estado en pareja se encontraban atravesando alguna situación de violencia de género en el ámbito doméstico. “Aunque las condiciones sean adversas debemos alzar la voz porque este es un mundo de machos. Las cosas están cambiando y el escenario es otro gracias a aquellas que se animaron a pelear a través de la palabra», cerraba Angélica.
El tótem de la escritora acompaña una de las urnas utilizadas en 1951, cuando las mujeres pudieron votar masivamente. Ilustra el artículo 21 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Toda persona tiene derecho de participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente escogidos”.
En el Día Internacional de la Mujer, en las efemérides que ponen en discusión las relaciones históricas de desigualdad y la violencia ejercida contra quienes son agredidas solo por ser mujeres o por no ajustarse a los roles tradicionales de género, el museo celebra a Angélica, porque representa el poder de la palabra.
Lo simbólico de que una mujer escritora esté en la vitrina es justamente poder romper con la historia y recordar a todas las mujeres que fueron silenciadas y humilladas por el sistema patriarcal.
“Con palabras. Es con palabras que se abren las puertas de la humanidad”, escribe Angélica. Esas palabras pueden ser las mismas que salven. El museo es un espacio para recordar la importancia de afianzar las redes solidarias y de estar atentos y atentas a aquellas que puedan necesitar ayuda.
Qué simboliza la urna de voto en el Museo de la Democracia
El 9 de septiembre de 1947 una multitud de mujeres se agolpó en las inmediaciones del Congreso de la Nación para exigir a los legisladores la aprobación la lev de sufragio femenino. La ley 13010 se promulgó, al fin, el 23 de septiembre 1947, estableciendo que «las mujeres argentinas tendrán los mismos derechos políticos y estarán sujetas a las mismas obligaciones que les acuerdan o imponen las leves a los varones argentinos».
A pesar de ser promulgada en 1947, recién el 11 de noviembre de 1951 las mujeres pudieron acudir masivamente a ejercer su derecho democrático. En el museo podés encontrar una de las urnas utilizadas aquel 1951 para el voto femenino. Ilustra el artículo 21 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: «Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente escogidos».